GIANFRANCO MATTEOLI, UN SARDO EN EL CORAZÓN DEL INTER

MondoFutbol.com nos explica la historia de uno de los protagonistas del "scudetto de los récords"

MILAN - Si se coge un mapa y se intenta ubicar el centro de Cerdeña, es probable que el dedo vaya directo a Ovodda. Allí, en el corazón de la isla, en un pueblo tocando a Gennargentu, famoso por sus murales y conocido por "el país de los centenarios" nació en 1959 Gianfranco Matteoli, el que unos años después entraría en el corazón de los nerazzurri, convirtiéndose en uno de los protagonistas del Inter de los récords de Giovanni Trapattoni.


La infancia de Gianfranco se divide entre el campo, dónde ayuda a su padre, y el fútbol, jugado en cada esquina de Ovodda junto a una generación de chicos que soñaban con seguir los pasos de Gigi Riva, que en aquellos años encantaba con la camiseta del Cagliari. El camino que lleva de un pueblo de Barbaglia al gran fútbol es todo subida, como cuando las primeras puertas te las cierran en la cara. Porque para el joven Matteoli la oportunidad llega con los colores rossoblu pero no se acaban concretando . en el verano de 1975, lo rechazan de dos pruebas con el Cagliari. Esta fue su gran decepción, pero al ser un adolescente maduro construye la base de su futura carrera. Se hace una maleta con la amargura y los sueños no realizados, y se va al norte de Italia, a Cantù, un salto al vacio que pronto dio sus frutos.

A Mino Favini le bastaron tres partidos en la Serie D para ver el talento de Gianfranco, que fichó por el Como. En el club del lago empieza jugando con la Primavera.

Tras un largo peregrinaje en varios equipos, llega al Inter en 1988-99, convirtiéndose en uno de los portagonistas del scudetto de los récords, en la época de los dos puntos por partido. El centrocampista le marcó un gol al Cesena, después de tan solo 9 segundos, lo que fue el gol más rápido de la Serie A. Luego, después del Tricolor y la Super copa Italiana, en el verano de 1990 llega la llamada que esperaba desde hacía 15 años. Más maduro, Matteoli está preparado para jugar en el Cagliari, el equipo con el que soñaba de pequeño: se quedará cuatro temporadas, viviendo la aventura de la Uefa  que finalizó en semifinales justo con el Inter.

Alessandro Bai


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