HUMBERTO MASCHIO, "EL BOCHA" DE AVELLANEDA

Golpe de genio y un scudetto en el ´62/´63: MondoFutbol.com recorre la carrera del centrocampista argentino

MILAN - 14 de octubre de 1962, Estadio San Siro. Durante 78' el Inter de Herrera asedia literalmente la mitad del campo del Nápoles entrenado por la pareja Monzeglio-Pesaola, presentándose en Milán con una catenaccio bien organizado. Es un Inter que ha empezado la temporada con un 5-0 al Alessandria en Copa Italia, seguido por una victoria, dos empates y una derrota en la serie A. El quinto partido del campeonato, contra los campani, ya es decisivo para medir las ambiciones del equipo del "Mago". Y  en el 79', con el resultado clavado en 0-0, Humberto Maschio, en una asistencia de Corso, estrella el balón en la red de la portería y regala la victoria a los nerazzurri. Con esta victoria inicia la remontada hacia el octavo scudetto de la historia de la "Beneamata". Una carrera hecha de 17 victorias, 9 empates y 3 derrotas en los restantes 29 partidos del Campeonato de '62-'63. Maschio, autor del gol decisivo, pone a San Siro a sus pies.


Pero Humberto Maschio es mucho más que aquellos dos goles que preparan el terreno en el que florecerá el Gran Inter. El Bologna lo trajo a Italia fichándolo del Racing de Avellaneda. En la Academia, Maschio creció con el apodo de Bocha, porque su madre cuando era pequeño,le cortaba el pelo al cero. Su cesión enfureció a los aficionados: Maschio no es sólo un ídolo, sino uno de ellos, nacido y criado en Avellaneda animando al Racing. Pero sobre todo es una de las esperanzas del fútbol argentino. Con 9 goles fue el pichichi de la Copa América 1957 ganada por una Albiceleste en la que jugaban, junto a él, Sívori, Angelillo, Cruz y Corbatta. Eran los Carasucias que habrían tenido que guiar a la selección  en el Mundial sueco del 1958, si la Federación no hubiera decidido excluir de los convocados a los que jugaban en el extranjero, como a los "italianos Sivori, Angelillo y Maschio.

En el Bologna, el Bocha no consiguió exprimir su talento al máximo como delantero. Después de dos temporadas, pasó al Atalanta, dónde Valcareggi lo aleja de la portería rival devoldiéndole espacio para inventar.En Bérgamo juega tres temporadas, principalmente de armador, en la posición en la que jugaba Saúl Ongaro en la época del Racing para facilitar la convivencia entre él y Angelillo.  Gracias a las excelentes prestaciones con la 'Dea', Maschio que en su partida de nacimiento figura como Humberto Dionisio Maschio Bonassi y ha crecido en una familia de orígenes Lombardos, entra en la selecciónl italiana y viste la camiseta azzurra en el Mundial chileno de 1962, una expedición marcada por la "Batalla de Santiago", en la que el Bocha le da un puñetazo en pleno rostro a Leonel Sánchez que le fractura la nariz.

A su vuelta a Italia lo ficha el Inter y participa en las victorias del citado scudetto. El equipo de Herrera está preparado para conquistar Europa, pero Maschio decide ir a Florencia. Gana la Copa Italia con la Fiorentina y luego regresa al Avellaneda para cerrar su carrera.Y lo hace por la puerta grande, en el equipo de José , uno de los equipos más grandes en la historia del fútbol sudamericano. El Racing entrenado por José Pizzuti triunfa en el ´67 en la Copa Libertadores y gana la Intercontinental. En el campo encontramos a los jóvenes Perfumo y Basile, pero sobretodo a un Maschio de 34 años.

"Yo le ponía el cerebro, ellos corrían· dijo Humberto en una entrevista. En realidad, Humberto puso mucho más. Por este motivo, en noviembre de 2016, el "Cilindro" de Avellaneda lo homenajeó con una de las ovaciones que se reservan a los dioses del fútbol.  Y lo hizo en el día que otro ídolo del Racing colgaba las botas: Diego Alberto Milito.

Davide Zanelli


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