JULIO RICARDO CRUZ, ALGO MÁS QUE UN JUGADOR

La humildad y la simplicidad del "Jardinero" para MondoFutbol

MILAN - No hay nada de cierto en Santiago del Estero. En la ciudad más antigua de Argentina se discute incluso su fecha de fundación, gran orgullo para los santiagüeños: Hay quien dice que fue en el 1553, versión parcialmente desmentida por quien dice que se creó tres años antes. Todavía hoy estas disputas no tienen fin. Han pasado casi 500 años, Los bosques y los aventureros de entonces han dejado paso a amplias extensiones áridas, generación tras generación, hasta que el 10 de octubre de 1974 se registra en el censo el nombre de Julio Ricardo Cruz.


Pasan los años y nada sigue siendo cierto en Santiago del Estero. A partir de "El Jardinero", apodo que acompañará a Cruz en su carrera deportiva. Nadie sabe quién fue el primer cronista en ponerle este apodo, quizá viene derivado de su trabajo de jardinero en la joventud, quizá de su atención personal por el terreno de juego del Banfield, cerca de Buenos Aires, donde Julio Ricardo Cruz se trasladó de pequeño para seguir su sueño. Y es cierto que en el Banfield, Cruz no sólo se convirtió en jugador, sino en algo más. Un profesional ejemplar, calidad que su técnico Oscar López exige a cualquier chico que tenga la intención de vestir la camiseta del Taladro.

Los taladra, los estimula. El mismo Julio Ricardo Cruz lo explicó, años después a la Gazzetta dello Sport: "Es el hombre que me hizo debutar en la Serie A argentina y que, en los entrenamientos me obligaba a jugar en todas las posiciones excepto en ataque. Según su opinión, así aprendíamos a salir adelante y a entender los problemas que pudieran tener nuestros compañeros. " No fue un periodo fácil para el "Jardinero", ya que lo hicieron jugar por la banda y en la defensa. Pero en aquellos años Cruz aprendió el valor del sacrificio, se relaciona con sus compañeros del Banfield, como Javier Zanetti, futuro compañero y capitán del Inter.

Humildad y sencillez, que Cruz aprenderá más tarde, en su época en el River Plater, otra camiseta que vistió con orgullo. "Allí pude admirar de cerca a Enzo Francescoli, un punto de referencia para mí carrera . Una verdadera estrella, que sabía ensuciarse las manos". Cruz se llevará a Europa lo que aprendió con Óscar López y Francescoli: primero en Holanda, en el Feyenoord, luego en Italia, en Bologna, donde su impacto es positivo. A pesar de que jugaba a menudo como única punta, se sacrifica por los compañeros y conquista el "Dall´Ara" hasta el 2003, año en el que empieza su historia en nerazzurro. Inolvidable una de sus apariciones, el 29 de noviembre.

El Inter no ganaba en el campo de la Juventus desde hacía diez años. Aquella noche fue diferente, acabó 1-3: una falta potente, un toque en la contra. Doblete a la Juventus: decididamente un buen inicia para la aventura milanesa de Cruz.Del 2003 al 2009 no siempre será titular pero destacará por su profesionalidad y dedicación, tanto en los momentos duros como en los trofeos levantados con Roberto Mancini, que apuesta por él en el derbi de marzo de 2007, jugado una tarde soleada en san Siro. El santiagüeno entra y marca a los pocos minutos. Es una actuación perfecta gracias a la asistencia de Zlatan Ibrahimovic: el Inter, gracias a él, le da la vuelta al partido.

Humildad y sencillez son los valores que Cruz siempre trasmitió a sus compañeros: les decía "no importa si estás en el campo 10, 15 o los 90 minutos. Es la capacidad de sacrificio por el resto lo que marca la diferencia. " Porque siempre habrán misterios sin resolver en Santiago del Espero, pero "El jardinero" era una certeza: todos los aficionados nerazzurri podían contar con él".

Bruno Bottaro


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