MATCH REVIEW: INTER 2-1 EMPOLI. ¡CHAMPIONS LEAGUE AQUÍ VAMOS!

Volveremos a estar entre la élite de Europa la próxima temporada después de un partido vibrante y emocionante contra el Empoli

MILÁN - Vamos, dinos que el fútbol es aburrido, que no genera emociones increíbles. Que no une a la gente. Nosotros te desafiamos. La multitud de San Siro rugió, y en todos los rincones del mundo todos los “Brothers of the World” vieron un juego que fácilmente podría componer la trama de una película.

El análisis de este juego final se basa ciertamente en las emociones, pero hay un hecho ineludible: ¡ESTAMOS EN LA CHAMPIONS LEAGUE! Hemos clasificado a esta prestigiosa competencia por segundo año consecutivo y lo hemos hecho con la cabeza bien en alto: se ha producido tras el arduo trabajo de un grupo que nunca se ha rendido, a pesar de algunos hechizos negativos. Nuestro análisis comienza con nuestro capitán: Samir Handanovic es el mejor portero y lo demostró nuevamente hoy mientras se apresuraba a producir una magnífica parada para negarle el gol a Farias. Hay que decir que en el otro lado Dragowski no tuvo un mal partido. Para confirmar esto solo hay que repasar la primera mitad, en la que tuvimos ocho tiros, un récord en una sola mitad en esta temporada de la Serie A.

Con pura emoción, es difícil hacerle demasiado caso a los números. Esos márgenes finos entre la bola que golpea el poste o el pnelati de Icardi entrando o saliendo. Fue un juego emocional de momentos electrizantes y con el dulce desenlace de la celebración. Keita y Nainggolan antoaron con sus puntazos de pierna derecha. En general, el equipo tuvo el 52% de la posesión, ganó el 57,7% de los duelos, tuvo seis contraataques peligrosos y realizó 461 pases con una tasa de precisión del 88,3%.

Las individualidades destacaron. D’Ambrosio tuvo un rendimiento excelente con tres intercepciones, cinco tackles y un 90% de pases que llegaron a su destino de un total de 40 intentos. A menudo cambiaba de posición con Brozovic, quien mantuvo un nivel loco de intensidad y concentración. Solo erró tres (¡TRES!) pases en todo el juego, tuvo tiros de larga distancia y se involucró en dividir la jugada en once duelos.

Y así fue hasta que llegó el Ninja para sellar el compromiso, marcando el gol del triunfo y haciendo que todo el equipo se levantara. Ofensivamente, fue una noche impresionante para el belga. Tuvo seis tiros desde fuera del área y cuatro desde adentro, al tiempo que completó dos pases clave. Así, inspiró al equipo y lo arrastró a la élite de Europa.

Ahora esperamos escuchar nuevamente ese famoso himno. Estamos de vuelta en la Champions League. ¡Gracias, muchachos!


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