La primera vez que oí hablar de Calulo fue en 1999. El Proyecto Inter Campus en África todavía no había nacido y se buscaban partners locales que trabajasen por el bien de los niños. Por este motivo estaba en Luanda, invitado por los Voluntarios Salesianos del VIS (el voluntariado internacional para el desarrollo) y uno de ellos tenía que ir a Calulo, a seis horas de viaje hacia el interior. El resto me lo desaconsejaba porque era una zona de guerra. Un padre salesiano fue asesinado por la milicia de camino allí. Por eso me hacía un poco de cosa volver allí después de 20 años. Ahora por suerte la guerra se ha acabado y cientos de niños y niñas siguen nuestro proyecto educativo junto al Polideportivo Dom Bosco. Padre William, el cura brasileño que es nuestro referente en Angola, nos lleva en un coche lleno de comida aprovechando el viaje para llevarles víveres. Los niños llevan puesto nuestro kit nerazzurro.
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