Muchas veces nos preguntamos cómo un proyecto puede durar mucho tiempo, cómo podemos garantizar la innovación , nuevas ideas y estimulos volviendo a lo mismo dos veces al año y por diversos años. Si nos fijamos en lo realizado anteriormente, podemos decir que la respuesta a estas preguntas es muy simple, aunque el recorrido hecho hasta ahora ha estado marcado por importantes retos y sacrificios.
En el municipio de Ecatepec, uno de los más peligrosos de México, con casi dos millones de habitantes, todo comenzó con un campo de cemento, pocos niños, materiales escasos y pocos padres involucrados en el proyecto. Dos cosas fueron los verdaderos motores: La pasión por el fútbol de los entrenadores así como de los niños, y la universidad, UNEVE, que como nosotros ha creido desde el final al principio.
Después de 6 años, mas de 60 niños y niñas están envueltos , estas últimas están dentro de un programa de prevención para la protección de los feminicidios, que por desgracia están en la agenda diaria del vecindario.
Ocho entrenadores y asistentes, de los cuales tres participaron en el proyecto cuando niños, están ahora activos en un proyecto que busca promover el respeto por las necesidades de los niños en las familias e intervenir de manera temprana. Hay una nueva cancha de fútbol-7 hecha con pasto artificial y el personal de la universidad está estudiando cómo el deporte, y el fútbol en nuestro caso, puede servir como una fuerza protectora en un contexto con problemas sociales.
Tres veces a la semana, los niños se llenan de entusiasmo mientras luchan por sus sueños, con la universidad ofreciendo un espacio seguro con profesores/entrenadores que combinan pasión con herramientas educativas.
El proyecto está ciertamente en alza, con todas las personas involucradas mostrando un gran compromiso que dará resultados en el futuro y que da ejemplo para los muchos proyectos alrededor del mundo.
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