Un espantoso terremoto de 7,8 grados de magnitud devastó Nepal el pasado sábado 25 de abril, matando a miles de personas y dejando en la desesperación a más de 1,7 millones de niños y sus familias. Los sobrevivientes ya no tienen nada y confían en el apoyo humanitario para seguir adelante.
Los niños están en estado de emergencia: en Nepal más de 40% de la población son menores de edad.
Los profesionales de UNICEF están sobre el terreno para trabajar continuamente con el objetivo de proteger a toda la población. Nada los detendrá hasta que el último niño esté a salvo.
Se necesita agua potable, sales de rehidratación oral y suplementos alimenticios, pero también es importante establecer hospitales de campaña para las personas desplazadas. Por eso cualquier ayuda será bienvenida. Para más información y donaciones: www.unicef.it/nepal
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