MILAN - "La historia empezó hace quince años, en una favela de Rio de Janeiro- explica Massimo Moratti en las Naciones Unidas- No podíamos cerrar los ojos ante la posibilidad que teníamos de hacer sonreir a los niños, de hacerles sentir que formaban parte de este mundo. Luego intervinimos durante la guerra de Kosovo, estuvimos en Israel y hemos ido a otros países, y en todos los lugares hemos obtenido una bellísima respuesta por parte de los niños, viven una experiencia que les llega por sorpresa. El Inter se convierte en su amigo, un amigo que les ayuda a sentirse valientes y que les da libertad. Hoy, después de quince años, estamos en 25 países con la misma pasión y voluntad de hacerlo cada vez mejor. Trabajamos en situaciones difíciles, pero las familias confían en nuestro proyecto y nos facilitan el trabajo".